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La traducción automática ¿Es una buena opción?





Como sabemos la tecnología siempre nos ha facilitado la vida, pero a veces nos genera recelo y aquello que lleve el adjetivo “automático” aún más, al escuchar eso inmediatamente nos llega a la mente la sustitución del hombre por la máquina. Esto mismo sucedió en su día con las tecnologías de traducción asistida por ordenador (TAO). No obstante, con el paso del tiempo, los sistemas de traducción automática han mejorado y la necesidad que el mercado muestra ante esta tecnología ha aumentado, haciéndola una herramienta practica y para muchos confiable. Pero ¿realmente es una buena opción?


La traducción automática puede ser muy útil si viajas como turista al extranjero o para entender un texto simple, sin embargo, no podemos incluir traducciones juradas, ni traducciones de textos como proyectos, informes, entrevistas o textos literarios etc., ya que quedarían descontextualizados y con una gran cantidad de errores gramaticales y de sintaxis. Por no decir que perderían su sentido y su mensaje.


En esta era digital y globalizada a veces se complica el proceso de internacionalización a las empresas, por las barreras del idioma y la terminología especifica de cada una de las disciplinas.

Por ese motivo cuando un negocio busca expandirse o tiene un gran volumen de contenidos que traducir en plazos ajustados, recurren a la traducción automática. Este método de traducción no tiene freno. Para las empresas es necesario agilizar el proceso y reducir los costes, pero el uso de traductores automáticos genera textos repletos de errores de traducción, faltas ortográficas, frases incoherentes, etc., hasta el punto de tergiversarlos y hacerlos difíciles de interpretar o carentes de sentido.



Las consecuencias para las empresas que hacen este tipo de prácticas, más allá de conseguir un beneficio económico, pueden ser muy graves:

  • Los clientes perderán cualquier tipo de confianza en los servicios o productos ofertados.

  • La imagen corporativa se vera afectada ante una mala traducción, haciéndola ver poco profesional.

  • Puede existir confusiones o malos entendidos ante los mensajes de advertencia: textos médicos, farmacéuticos, manuales de maquinaria, manuales de uso etc.

  • Algunos errores pueden provocar problemas legales como el caso de contratos, testamentos, declaraciones, sentencias, etc.


El traductor humano nunca será sustituible, es cierto que la tecnología seguirá avanzando y tendremos que adaptarnos. Al final, el traductor automático, no será más que una herramienta que nos ayude a agilizar nuestras tareas simples, realizándolas de forma más rápida, aunque para una empresa o negocio siempre se requerirá la intervención de un profesional para una mejor calidad en traducción, de esta forma la imagen y procesos corporativos no se verán afectados.


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