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Calidad de una Traducción.


Sabemos que un texto no es sólo una serie de palabras correctamente hilvanadas; más que eso, es una serie de mensajes que se desea transmitir, y por lo tanto lo que debemos evaluar es la aptitud de la traducción para transmitir dichos mensajes.


Así la calidad de un texto se puede evaluar sobre dos aspectos: 1) su INTELIGIBILIDAD (la traducción es comprensible) y 2) su FIDELIDAD (el mensaje transmitido por la traducción refleja con exactitud el mensaje original).


Se puede decir que un texto ininteligible es traducido con gran fidelidad, pero produciendo un texto ininteligible, o un texto muy inteligible es traducido con baja fidelidad y aun así producir un texto altamente inteligible. Ambos textos son de baja calidad, el primero porque el traductor no habló con el cliente para resolver los problemas de inteligibilidad del original antes de traducir, produciendo algo ininteligible, y el segundo porque, faltan algunos de los mensajes del original, o la traducción entrega mensajes diferentes a los que expresaba el original.


Lamentablemente, evaluar la calidad de una traducción en función de su inteligibilidad y fidelidad, involucra la participación de al menos tres o cuatro evaluadores de parte del cliente, quienes regularmente son o el usuario final o parte de su equipo, debido a problemas de subjetividades individuales. Además, es evidente que para evaluar la inteligibilidad son preferibles los evaluadores monolingües (no se ven influenciados por la lectura del original) y para evaluar la fidelidad son necesarios los evaluadores bilingües.


Así, para un cliente promedio es impracticable hacer una evaluación experta o pericial de una traducción. Sin embargo, si la traducción es hacia el idioma que conoce el cliente, podrá evaluar, en alguna medida, su inteligibilidad actuando como revisor monolingüe (proofreader), y si le entrega ambos textos a una persona bilingüe (otro traductor) podrá evaluar, en alguna medida, la fidelidad de la traducción.


¿Qué elementos definen la inteligibilidad?


- Lectura clara y fácil, sin problemas de estilo.

- Ausencia de errores gramaticales

- Uso de terminología usual para la especialidad.

- Sintaxis sin errores.

- Mensajes transmitidos con claridad. No es necesario releer para entender.


¿Qué elementos definen la fidelidad?


- La traducción expresa los mismos significados de los mensajes del original.

- No hay pequeños malentendidos o interpretaciones equivocadas de oraciones o palabras.

- Todas las secciones traducidas en forma completa (en algunos casos el traductor puede dividir una oración en dos, o unir dos oraciones en una sola, con el fin de evitar problemas de ininteligibilidad).


¿Por qué se requieren tantos evaluadores para hacer una evaluación experta?


Porque al evaluar la inteligibilidad y fidelidad de una traducción influyen muchos factores subjetivos, como la educación y competencias de los evaluadores, su experiencia, sus estándares culturales, sus valores, su orientación lingüística, etc.

¿Es posible hacer evaluaciones objetivas de una traducción?

Una de las principales evaluaciones objetivas tiene un origen subjetivo. Este paso implica que la traducción sea inteligible para el cliente. Si la traducción es hacia el idioma del cliente él podrá evaluar si es inteligible o no. Aunque su evaluación sea subjetiva, sólo él, o los lectores que él representa, son los que pueden evaluar si comprenden los mensajes que se expresan en la traducción.


Otros factores objetivos que pueden ser evaluados por el cliente son los siguientes:


- errores de ortografía

- errores de puntuación

- errores de sintaxis

- errores gramaticales

- no cumplimiento de convenciones o instrucciones

- uso de palabras equivocadas cuyo significado evidentemente no tiene relación con el contexto.

- consistencia en el uso de la terminología a lo largo del texto.

- errores de formato, fuentes y diseño o diagramación.


Mientras más errores tenga un texto, menor será su calidad; sin embargo, algunos tipos de errores son críticos y otros tienen una importancia muy inferior. Un lingüista purista será más exigente que uno pragmático, y lo que es crítico para uno puede no serlo para el otro. Con todo, ambos deberían concordar en que si un error modifica el sentido de una frase (el mensaje), es un error mayor. Si un error puede causar conflictos legales, daño a la salud o problemas de seguridad, es un error crítico. Todo lo demás podría ser tolerable. Sin embargo, y aunque tal vez no se pueda clasificar como crítico, un texto cuya sintaxis hace necesario volver atrás para tener una adecuada comprensión, a la larga puede ser difícil de tolerar, y por lo tanto puede no cumplir su objetivo.


Las mediciones cuantitativas de calidad tratan de determinar un índice o indicador de calidad, el cuál puede ser útil para hacer comparaciones entre traducciones (como en la evaluación de traductores), pero no permiten determinar si una traducción es buena o mala, ya que no se puede establecer un valor bajo el cual una traducción deja de ser buena, es decir deja de cumplir su objetivo o lo que se conoce como “aptitud de uso o aptitud para su fin” (Fitness for use). Al final, la calidad de una traducción es un asunto subjetivo, y mientras menos evaluadores más subjetivo es.

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